Actividad: La escuela del futuro
Retos de la educación del futuro
1. motivación= cobra cada vez más importancia en el aula debido a que con el acceso a las nuevas tecnologías y el internet la cuestión no es tanto la posibilidad de aprender y de generar mayor conocimiento sino de motivar al alumno a que sepa qué es lo que le gusta y poder captar y mantener su atención. En la antigüedad los profesores ni siquiera la tenían en cuenta... pobres ilusos.
2. materiales= ahora tienen acceso a la información desde prácticamente todos los sentidos (visual, táctil, acústica u olfativa), antes se usaban ¡papel y boli! ¿Os imagináis lo que es aprendiendo sólo escribiendo?
3. implicación del centro= por suerte la implicación de nuestros centros ha aumentado mucho en los últimos años y están incluidos con en la comunidad con una alta implicación. Antes era un mero centro, un edificio yermo y frío, sin opciones de ampliar las capacidades y opciones de investigación del alumnado. Cuán afortunados somo de vivir en estos tiempos...
4. medidas de seguridad= la seguridad antes ni siquiera una preocupación, una mísera y breve cortina de humo en un falso intento de hacer creer a sus padres que debían traer a sus hijos al centro por que allí eran donde estaban mas seguros. ¿Pero cómo iban a estar seguros en un centro sin vigilancia, sin medidas de seguridad como el chip o el lector de huellas? No había ningún control de quién entraba o salía del centro o de qué background tenía cada individuo.
5. roles= todos los roles serán diferentes en un futuro, el de los padres por que tendrán mucho más acceso a las tecnologías y sabrán como usarla (vienen de una generación que ya tiene más integrada la tecnología en su saber), el del centro pues estará mucho más difundidos en la comunidad y no se verá como una institución a parte sin relación sino como una herramienta más de la sociedad, el del profesorado que más que meros instruidores de unas mentes rígidas de conocimiento vacío que deben vomitar en un examen deberán ser auténticos guías dentro del complicado laberinto de esta nueva era de la información masiva y el del alumno, que ya no será un medio cuerpo al que inculcar una serie de punto curriculares desconexos sino que es un organismo activo capaz de guiar su propio aprendizaje y con intereses, inquietudes y ambiciones que el profesorado deberá saber guiar.
1. motivación= cobra cada vez más importancia en el aula debido a que con el acceso a las nuevas tecnologías y el internet la cuestión no es tanto la posibilidad de aprender y de generar mayor conocimiento sino de motivar al alumno a que sepa qué es lo que le gusta y poder captar y mantener su atención. En la antigüedad los profesores ni siquiera la tenían en cuenta... pobres ilusos.
2. materiales= ahora tienen acceso a la información desde prácticamente todos los sentidos (visual, táctil, acústica u olfativa), antes se usaban ¡papel y boli! ¿Os imagináis lo que es aprendiendo sólo escribiendo?
3. implicación del centro= por suerte la implicación de nuestros centros ha aumentado mucho en los últimos años y están incluidos con en la comunidad con una alta implicación. Antes era un mero centro, un edificio yermo y frío, sin opciones de ampliar las capacidades y opciones de investigación del alumnado. Cuán afortunados somo de vivir en estos tiempos...
4. medidas de seguridad= la seguridad antes ni siquiera una preocupación, una mísera y breve cortina de humo en un falso intento de hacer creer a sus padres que debían traer a sus hijos al centro por que allí eran donde estaban mas seguros. ¿Pero cómo iban a estar seguros en un centro sin vigilancia, sin medidas de seguridad como el chip o el lector de huellas? No había ningún control de quién entraba o salía del centro o de qué background tenía cada individuo.
5. roles= todos los roles serán diferentes en un futuro, el de los padres por que tendrán mucho más acceso a las tecnologías y sabrán como usarla (vienen de una generación que ya tiene más integrada la tecnología en su saber), el del centro pues estará mucho más difundidos en la comunidad y no se verá como una institución a parte sin relación sino como una herramienta más de la sociedad, el del profesorado que más que meros instruidores de unas mentes rígidas de conocimiento vacío que deben vomitar en un examen deberán ser auténticos guías dentro del complicado laberinto de esta nueva era de la información masiva y el del alumno, que ya no será un medio cuerpo al que inculcar una serie de punto curriculares desconexos sino que es un organismo activo capaz de guiar su propio aprendizaje y con intereses, inquietudes y ambiciones que el profesorado deberá saber guiar.
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